No cabe duda que, si existe un elemento que nos aporte la seguridad que necesitamos en carretera, ése es el sistema de frenado del vehículo. Por eso, saber cuándo revisar los frenos del coche nos va a ayudar notablemente a comprobar a tiempo, de distinta manera, si todo está en orden en este indispensable elemento.
Por qué hacer revisión de frenos de coche en verano
Parece evidente que tengamos que revisar los frenos del coche en cualquier momento del año, pero más si cabe aún en verano. El motivo es lógico: con el calor se genera un aumento de temperaturas que no favorece nada en nada a este importante sistema del vehículo. Es importante evitar el efecto fading, y por eso es primordial que se encuentren en un estado óptimo e inmejorable, sobre todo en esa época. A continuación te damos algunos de los motivos:
1 - El calor genera mayor desgaste en los componentes
Es un hecho que, durante las altas temperaturas, tanto la eficacia como capacidad de discos y pastillas de freno se ve notablemente reducida, especialmente a partir de los 30 °C, cuando reduce su capacidad de refrigeración. Disipar este calor adicional es fundamental, pero en verano es más difícil. Por eso, si queremos que todos los elementos de este importante sistema respondan adecuadamente, deben encontrarse perfectamente.
2 - Puede haber sobrecalentamiento con el rozamiento
Aunque es evidente que tanto las pastillas como los discos de freno están preparados para la fricción, este hecho contribuye a provocar un mayor esfuerzo al sistema de frenado. Obviamente, esto contribuye a un desgaste prematuro, especialmente si están ya de por sí deformados, lo que nos pone en serio riesgo en la carretera.
3 - Para que no hierva el líquido de freno
Tampoco es muy amigo del sobrecalentamiento el líquido de frenos. Más allá del cambio del líquido anticongelante, clave para la refrigeración del motor, el de frenos no es menos trascendental: es el encargado de transmitir la fuera del pedal a las ruedas, con lo que sin su acción quedan inservibles.
Cómo saber cuándo hay que revisar el sistema de frenado
El momento en que hay que realizar el mantenimiento los frenos del coche cuando se produzca alguna de estas circunstancias que aquí te indicamos:
- El pedal de freno se hunde
¿Sabemos por qué el pedal de freno se va hasta abajo? Obviamente, se debe a una anomalía, ya que de forma habitual no necesitas pisarlo a fondo para poder frenar el vehículo. Esto es porque se alcanza el punto de ebullición del líquido de frenos (convirtiéndose en gas) y haciendo totalmente ineficaz la frenada: es cuando se produce un bloqueo por vapor con un freno esponjoso y cada vez más hundido.
- Ruidos o vibraciones al frenar
Esta señal es la más amplia de todas, y puede deberse a distintas circunstancias. No obstante, en lo que respecta exclusivamente a los frenos, lo más común es por una deformación de los discos o desgaste irregular de las pastillas. Si es deformación de discos, puede ser debido a un mal cuidado del sistema de frenado (recuerda nuestros consejos para cuidar los frenos del coche). Y en cuanto a las pastillas, ya sea por desgaste o cristalizamiento, normalmente hay un testigo que nos indicará que ha llegado el momento de sustituirlo.
- Pedal de freno duro
Algo menos habitual, pero que podría darse, es que el pedal de freno está duro. ¿Por qué? Por el servofreno (un elemento que amplifica la fuerza que ejercemos sobre el pedal de freno). Este endurecimiento al pisar no solo genera incomodidad, sino que no ejercerá su función de frenar, aunque lo pises más fuerte. Esto puede ser debido a su membrana dañada o al tubo de vacío (que no ejerza ningún tipo de presión sobre los frenos).
- Distancia de frenado más larga
¿Notas que necesitas mucho más espacio para frenar que antes? Eso es que el sistema ha perdido eficacia, lo que nos expone seriamente a gran peligro, sobre todo cuando las condiciones climáticas sean adversas. Es probable que el líquido de frenos no esté bien, o haya un notable desgaste de las piezas.
El estado de los frenos debe revisarse cada año o cada 10.000 km
Debemos entender que el sistema de frenado lo componen varios elementos (discos, pastillas y líquido de frenos), y que en ningún caso tiene un periodo fijo obligatorio de sustitución cada uno de sus componentes. El momento de cuándo cambiar pastillas de freno no es el mismo que el de los discos. Por ejemplo, los frenos traseros no se desgastan con tanta velocidad como los delanteros, debido a que no están sometidos a tanto estrés.
Debemos revisar cada 10.000 km los frenos del coche o, en su defecto, una vez al año, porque, aunque no todos los elementos se desgastan al mismo tiempo, con que nos falle uno ya estaremos poniendo el peligro el resto del sistema.
Deja un Comentario